miércoles, 19 de mayo de 2010

Día en el limbo, la cuenta queda pendiente


No tengo mucha energía y estoy sumamente ocupado, pero no quería dejar de escribir esto que me vino a la cabeza hace rato:

La imagen tradicional del estudiante de posgrado en todas las ramas del saber es la de una persona sumamente instruida que por su interés y gusto estudia un tema en particular, sufre desvelos por ese tema, lo lee y lo relee una y otra vez, lo domina y no necesita mas que algunos revisores que son menos instruidos que él en el tema, pero que no están para "arrearlo" en su proceso de aprendizaje, solo están para cuestiones de método y por cuestiones administrativas para con la institución universitaria. Para el estudiante de posgrado de Medicina, la cosa no es ni remotamente parecida, el médico en vías de ser especialista es un ser que lee poco al inicio de la formación, luego tiene que ser forzado por los médicos formados con los que convive a revisar temas y temas no relacionados completamente, a realizar el trabajo del hospital y a parecer parte de un instituto militarizado mas que un estudiante de posgrado como lo son todos los demás.
A donde quiero llegar es que la educación de postgrado en nuestro país ha sido mal interpretada y al estudiante de postgrado se le toma como mano de obra a mitad de precio y no como estudiante, lo que desemboca en los eternos: - no estudias, eres un irresponsable, cuando yo era residente como tu, etc. etc.
Creo que el trabajo clínico es fundamental para el residente, pero la sobrecarga de trabajo a la que se nos somete en menores o mayores grados dependiendo del nosocomio, merma la capacidad y tiempo de aprendizaje del sujeto en formación, en pro del trabajo extenuante y la cobertura del tiempo libre en acciones no tan útiles como el descanso obligado (léase siestas soporosas) y reposición de actividades recreativas perdidas.

¡Por una residencia con las garantías de la Ley Federal del Trabajo!

No hay comentarios: