domingo, 28 de noviembre de 2010

México D.F. a 28 noviembre del 2010








Las situaciones que tanto miedo y nerviosismo dan hoy, se que mañana mucha risa me darán...

Vuelvo de un viaje corto pero lejano, con la mente un poco mas abierta y con menos ganas que nunca de regresar a la rutina.
El día de hoy pensaba en lo difícil que sería volver a la rutina de la residencia médica y en lo bien que se esta fuera de esos ritmos de trabajo tan forzado que se acostumbran en las especialidades en México, veo con añoranza algunas de las fotos de mis vacaciones y recuerdo que todas ellas muestran algo de la libertad que no hay en las jornadas de guardias y trabajo largas y que se sienten interminables. Luego leía por la mañana a Arturo Pérez Reverte en su patente de Corso y hablaba sobre las fotografías por fotografiar, escribía una situación en la que pudiera aparecer un turista bajo el arco de entrada de Auschwitz en una fotografía con el lema "El trabajo libera" o como se encuentra escrito allí en alemán: "Arbeit macht frei". Finalmente pienso en escribirlo de manera burlona en alguna parte de la oficina donde trabajamos en el Hospital, creo que pocos lo relacionarían o ninguno y a la vez estaría haciendo crítica de la mas sutil en frente de sus ojos.
En fin... Mejor agrego las fotos que me recuerdan libertad antes que otras cosas y empiezo a planear las siguientes vacaciones, eso con el objetivo de alejar mi mente de la mórbida rutina del hospital.

jueves, 28 de octubre de 2010

México en NEJM



Menuda sorpresa me llevé el día de hoy al abrir el homepage de New England Journal of Medicine, y ver que la imagen de la semana corresponde a una botella de negra modelo (una de mi cervezas favoritas) alojada en el hueco pélvico de algún ser humano. Por el momento pensé en una foto de algún hospital en California o en Texas, pero no, es de la mismísima Ciudad Neza.
La última participación que recuerde de Mexicanos en la revista es de un artículo donde el secretario de salud habla de la influenza del 2009, un artículo que no revelaba demasiado...
En fín... Ya habrá mejores días para los mexicanos en el Journal. Y por otro lado, a pesar de miles de botellas de cerveza distintas en el mundo, me queda claro cual es la de la negra modelo...

lunes, 13 de septiembre de 2010

Buenas Costumbres del Mundo Civilizado

Hoy dando un paseo por la página del New England Journal Of Medicine me encuentro un artículo que relaciona la disminución en las tasas de hospitalización de niños con asma en Escocia a la ley antitabaco, desgraciadamente el artículo aún no está disponible, pero celebro que alguien empiece a mostrar los beneficios de restringir el tabaquismo y que esto sirva para demostrar la importancia de estas medidas simples pero conflictivas para las tabacaleras y los fumadores.
Por otro lado creo que debería enseñárselo a la Dra. que es subdirectora de algún hospital de esta Ciudad, que acostumbraba a fumar en su oficina durante los fines de semana. Es un hecho que para educar hay que poner el ejemplo, y segundo respetar la ley y el derecho ajeno.
En fin, ya era justo escribir luego de una sequía larga de entradas, por ahora me mata el sueño pero espero retomar ritmo...

sábado, 3 de julio de 2010

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Vuelvo a escribir luego de mas de un mes de no escribir en el blog. La escritura en papel ha ocupado los resquicios de tiempo que mi vida de residente me deja libres para sentarme a garabatear algunas ideas.
No quiero hablar de las cosas que suceden en el hospital por estos días ya que no son las mejores de la vida, mas bien se acercan a las mejores de la muerte, solo por así decirlo, porque ni eso.
Alegre es mi vida y estas son algunas cosas de las que me hacen tan felíz:
Sardinas Asadas
Una comida tradicional de la fiesta de San Juan son las sardinas asadas, sin más, estas se ponen en un pan junto con su aceite natural y se comen luego de haber sido asadas al fuego vivo del carbón, solo con un poco de sal de grano que se les pone en su olorosa piel. El método de asado es lo mejor, ya que si uno las hiciera en el horno, seguramente apestarían toda la casa, en la parrilla pueden sus humos y olores liberarse sin saturar un ambiente cerrado.
Las sardinas las conseguí en city market, una tienda que tiene comida de la mejor calidad y que aunque es algo cara permite conseguir comida que hace 20 años no se hubiera ni soñado en México, ese México de los noventas y los ochentas en los que existían 4 marcas de café, coca o pepsi, nada mas, en envase de vidrio familiar de menos de un litro y medio, once o diez modelos de autos a elegir y dos o tres de utilitarios, cuando el mejor sedán en México era el cutlass, en fin. Ahora en este México tan abierto al mundo en ocasiones puedo encontrar un kilogramo de sardinas pescadas en el norte de España y comerlas como se hace por allá en la noche de San Juan.
Luego de cocinarlas al tanteo por unos veinte minutos en el asador quedaron pescados llenos de sabor, un poco salados y nada parecidos a los que se comen recién salidos de una lata, pero lo mejor increíblemente fue el recalentado, como en la Navidad, supieron mucho mejor al día siguiente luego de haber reposado unas horas en el refrigerador y haber sido calentadas en un horno de microondas.
Otra cosa para mencionar fue lo improvisado del asador y lo bien que funcionó, era domingo por la tarde, yo había salido de guardia ese día por la mañana y no había dormido nada. Ante la flojera de bajar hasta el jardín de la casa, me improvisé un asador con un anafre (mi madre dice que el nombre correcto es anafe, pero yo no se y no estoy seguro), unos ladrillos, un poco de carbón y una parrilla que era sobre todo vieja y pequeña, resultando en unas buenas sardinas y antes, este increible pedazo de rib eye, a pesar de lo improvisado de la parrilla:



viernes, 21 de mayo de 2010

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Embebido en una exposición sobre el síncope neurocardiogénico me viene a la mente que las segundas oportunidades nos permiten reivindicarnos y retomar caminos que construyen. El día de ayer pasé visita con un médico al que había criticado, pero su cambio de actitud, si bien no hace que me retracte de lo antes escrito, me hace creer en esa capacidad de los seres humanos para corregir el rumbo, limar asperezas y buscar un fin común.

He estado pensando mucho en Huapangos y me encontré esta parte del Querreque:

Un caballito feliz
es el son y es el huapango,
árbol que hunde su raíz
como la mata del mango
y en Veracruz y en San Luis,
el fandango es el fandango.

Y aquí una breve contribución mía al Querreque:

El Querreque es un Huapango
que se canta por Hidalgo
se canta mucho por Hidalgo
el Querreque que es Huapango.

Sin embargo nació en Xilitla
para dar gusto a la Huasteca
dio gusto a la Huasteca entera
el Querreque de Xilitla

¡Querreque!

Imágen de: http://alecdempster.com/Images/Loteria_Huasteca/Querreque.gif

miércoles, 19 de mayo de 2010

Día en el limbo, la cuenta queda pendiente


No tengo mucha energía y estoy sumamente ocupado, pero no quería dejar de escribir esto que me vino a la cabeza hace rato:

La imagen tradicional del estudiante de posgrado en todas las ramas del saber es la de una persona sumamente instruida que por su interés y gusto estudia un tema en particular, sufre desvelos por ese tema, lo lee y lo relee una y otra vez, lo domina y no necesita mas que algunos revisores que son menos instruidos que él en el tema, pero que no están para "arrearlo" en su proceso de aprendizaje, solo están para cuestiones de método y por cuestiones administrativas para con la institución universitaria. Para el estudiante de posgrado de Medicina, la cosa no es ni remotamente parecida, el médico en vías de ser especialista es un ser que lee poco al inicio de la formación, luego tiene que ser forzado por los médicos formados con los que convive a revisar temas y temas no relacionados completamente, a realizar el trabajo del hospital y a parecer parte de un instituto militarizado mas que un estudiante de posgrado como lo son todos los demás.
A donde quiero llegar es que la educación de postgrado en nuestro país ha sido mal interpretada y al estudiante de postgrado se le toma como mano de obra a mitad de precio y no como estudiante, lo que desemboca en los eternos: - no estudias, eres un irresponsable, cuando yo era residente como tu, etc. etc.
Creo que el trabajo clínico es fundamental para el residente, pero la sobrecarga de trabajo a la que se nos somete en menores o mayores grados dependiendo del nosocomio, merma la capacidad y tiempo de aprendizaje del sujeto en formación, en pro del trabajo extenuante y la cobertura del tiempo libre en acciones no tan útiles como el descanso obligado (léase siestas soporosas) y reposición de actividades recreativas perdidas.

¡Por una residencia con las garantías de la Ley Federal del Trabajo!

sábado, 8 de mayo de 2010

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No tengo mucho que decir, solo una frase que me vino hoy a la cabeza:

"Si todo en la vida fuera como escuchar a Belle & Sebastian"