domingo, 13 de enero de 2008

Cielo Nocturno

Orion II

Ahora para seguir hablando de mi constelación favorita (tal vez porque es la que mejor se ve en el luminoso cielo de la Ciudá de la Esperanza) voy a contar la breve historia de Orión según los griegos, que empieza mas o menos así:
En una galaxia muy lejana de cuyo nombre no quiero acordarme vivió alguna vez un hidalgo, de los de lanza y astillero… Ah no esas son dos historias que nada tienen que ver solo por el tema estelar y por el guerrero pero bueno: En la ciudad de Tebas en tiempos muy remotos vivía un anciano llamado Hierius, el anciano era viudo y nunca había podido tener un hijo. Cierto día pasaban por allí tres viajeros a quienes les ofreció su hospitalidad, esos viajeros eran Zeus, Neptuno y Mercurio, quienes después de comer le preguntaron al viejo Hierius si tenía algún deseo, el viejo sin dudar les respondió que siempre había deseado tener un hijo pero que nunca lo había logrado, la respuesta de los dioses fue tomar la piel del buey que acababan de comerse y orinar en ella, le dieron instrucciones al viejo de enterrar esa piel junto a los huesos de su difunta esposa, de allí salió un niño que fue llamado Orión, al parecer por provenir de la orina de los dioses.

El héroe era enorme y extremadamente hábil para la cacería, a la que siempre iba acompañado de sus fieles e inseparables compañeros Canis Major y Canis Minor que aún lo acompañan en el cielo del invierno Boreal. No tardó Orión en convertirse en parte del séquito de Artemisa, diosa de la cacería y gemela de Apolo.

Continuará…

Examen profesional.
Hoy regreso de haber terminado la primera fase de mi examen profesional y pronto en los próximos días estaré haciendo la segunda parte, motivo por el que estoy cansado y ya no concluyo la historia de Orión.

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