domingo, 7 de junio de 2009

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Un mundo de posibilidades en los soleados días de este junio.

Ahora las cosas se acomodan de maneras que hace 4 meses no hubiera imaginado mientras me lamentaba hundido en una innecesaria depresión. Curado del mal de desamores, con la bruja cada vez mas enterrada bajo la casita de madera de Kansas, con trabajo nuevo, con una meta fija y el compromiso de la inscripción al ENARM, con un buen plan B en caso de no pasar el ENARM, con Piamonte como idea de viaje a fin de año y por ende mucho que ahorrar, con los grandes amigos que me rodean y con nuevas e interesantes personas que he conocido, junio es un buen mes.

Ayer conocí a alguien de plática muy agradable y tengo ahora su teléfono. Junio es un buen mes.

The Dark Side of the Rainbow
Corría el año 2002 en mi vida, entonces yo estaba por terminar mi educación de preparatoria y mis tardes las ocupaba tratando de aprender a tocar la guitarra en una academia dirigida por músicos muy "alternativos" y hippiosos, para mi parecer en esas épocas a mis escasos 17 ó 18 años. Una tarde tal vez de un mayo caluroso al llegar a mi habitual clase estaban todos los músicos con una grabadora y un DVD y no me decían que iban a hacer, solo discutían que si en el primero o que si en el tercero de los rugidos. Pusieron una película en blanco y negro que era de la MGM y muy sincronizados cuando el león dio el tercer rugido le pusieron play a la grabadora, empezó a sonar el Dark Side of the Moon. Lo impresionante de esto es que hay muchas coincidencias y pareciera que Waters y compañía se pusieron a escribir el disco en sincronía con la película. Fue mi primer contacto con el mito.

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